¿Alguna vez tus gallinas se han negado a entrar en su nuevo gallinero? Quédate tranquilo, ya que no eres el único.
Como muchos otros seres vivos, las gallinas pueden desconfiar bastante de los cambios.
En el siguiente blog, explicamos por qué las gallinas se niegan a utilizar su nuevo gallinero y ofrecemos algunos consejos y trucos útiles para que la transición se haga sin problemas.
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1. El reto del cambio:
Las gallinas son animales de costumbres, lo que significa que no se adaptan fácilmente a nuevos entornos. Si se enfrentan a un nuevo gallinero, es muy probable que no lo consideren inmediatamente como su nuevo lugar de descanso, lo que provoca confusión y miedo al entrar en el gallinero.
2. Importancia de la ubicación del gallinero:
Para que la transición sea lo más suave posible, recomendamos colocar el nuevo gallinero en el corral de las gallinas. De esta forma, ayudas a las gallinas a asociar su nuevo gallinero con su entorno familiar. Es como ofrecerles un nuevo hogar en su antiguo barrio.
Ve al siguiente vídeo de nuestro gurú de las gallinas para obtener algunas ideas y descubrir qué elementos hacen falta para que los animales se sientan lo más cómodos posible.
3. Período de adaptación supervisado:
Durante los primeros 3-5 días (la duración puede variar según la raza), tómate el tiempo necesario para visitar el gallinero por la noche. Compruebe si las gallinas duermen en su nuevo refugio o si han elegido dormir junto a la puerta o en un rincón del corral. Estos son lugares comunes que inicialmente preferirán.
4. Fomente el cambio con suavidad:
Introduzca gradualmente a las gallinas en el nuevo gallinero. Puedes guiarlas suavemente hacia el interior y dejar que exploren. Repitiendo este proceso durante varias noches, empezarán a darse cuenta de que éste es su nuevo lugar de descanso.
5. La familiaridad conduce a la comodidad:
Es importante tener en cuenta que no es que a las gallinas no les guste su nuevo gallinero, simplemente necesitan un poco más de tiempo y espacio para adaptarse. Incluso una mudanza -a primera vista- diminuta que implique trasladar el mismo gallinero a unos metros de distancia puede causar estrés y confusión en los animales. Esto destaca una vez más la importancia de la familiaridad y la rutina en el mundo de las gallinas.
Por último, es importante tener en cuenta que las gallinas -al igual que los humanos- pueden resistirse al cambio. En estos casos, es importante ser paciente y trabajar para introducirlos gradualmente.
Con el tiempo, aceptarán su nuevo gallinero y volverán a establecerse en un entorno que les resulte familiar.